• ¿Sientes que desde que todo se rompió no puedes relajarte y tu cabeza no para ni un segundo?
• ¿Te cuesta dormir, tienes el pecho en un puño y vives en un estado constante de alerta?
• ¿Te notas emocionalmente agotada, sin energía ni ilusión, y con miedo de que esto no se pase nunca?